WE ARE ALL MAD HERE

Hay que reconocerlo, todos los que vivimos y practicamos el BDSM somos de mentes “especiales”, por no decir que estamos algo tocados. O acaso es sano maltratar un cuerpo llenándolo de moratones hasta hacerlo sangrar? O tal vez es lógico que alguien dé su consentimiento para ser degradado mentalmente?

No, en verdad el ser humano no está programado biológicamente para disfrutar de la tortura física, el desgaste emocional o la degradación... Pero a nosotros nos excita, nos hace vibrar y nos permite sentir lo que somos a pesar de que por ello nos podamos llegar a consumir sin darnos cuenta.

Para evitar ser devorados por el fuego con el que tanto nos gusta bailar, es indispensable un marcado carácter responsable que tan solo conseguiremos si nos conocemos bien a nosotros mismos. Lamento decir que no es algo que venga de serie, es un extra muy caro que solo se consigue con tiempo, experiencia y dedicación a uno mismo.

Utilizando como metáfora los juegos de mesa es nuestra responsabilidad saber a qué juego nos enfrentamos. Hemos de ser conscientes que las apariencias no siempre son lo que parecen y lo que para nosotros es un tablero de ajedrez, puede que para otro tan solo sea el tapete para jugar unas damas.

Al BDSM se juega en modalidad multijugador, por lo que es importante destacar que la responsabilidad en la partida ha de quedar repartida entre los participantes, sin importar en qué lado del tablero te encuentres.

Quien me conoce sabe que siempre he creído responsable a la parte Dominante de marcar el tempo, de encaminar la relación hacia una meta con el cumplimiento de unos objetivos. La responsabilizo del bienestar físico y mental de la sumisa, aunque no por ello soy partidaria de que tras la “entrega” la parte sumisa digievolucione en estrella de mar a la espera de que todo le sea dado.

Entonces qué ocurre cuando un fustazo se pierde y no atina donde debe? Quien debe llevar el gorro de la vergüenza?? La sumisa por rascarse justo en el momento mas inapropiado?? o el Dominante por necesitar con urgencia una visita al oculista??

Si nos empeñamos en buscar culpables nunca avanzaremos ya que no seremos conscientes de donde nos hemos equivocado y por tanto no creeremos que necesitemos mejorar.

Es más fácil culpabilizar que responsabilizarse, pero dependiendo de la opción que escojamos lloraremos o sonreiremos al recordar como se fraguaron las cicatrices que pintan nuestra piel.