UNA CALLE DE ÚNICO SENTIDO

Cualquiera de nosotros nos hemos visto tentados, alguna que otra vez, en empuñar un bastón coronado con un pompón y ejercer de guía turístico en este maravilloso mundo del BDSM para aquellos que acaban de aterrizar.

Recordamos que nosotros nos metimos en esto a pecho descubierto ya que olvidamos recoger el libro de instrucciones y el kit de BDSM para principiantes antes de precipitarnos por la madriguera.

Los recuerdos de nuestros inicios nos sacan una lagrimilla y un revoltijo de sentimientos nos hace creer que somos super majos de la muerte y que tenemos la obligación moral de mostrar los entresijos de todo esto a los nuevos pollitos.

Todo esto suena maravilloso!! pero ni todos somos dignos de empuñar el bastón coronado con el pompón, ni todos poseemos la paciencia suficiente para enseñar, (algunos preferimos quedarnos 5 minutos más remoloneando en la cama el día de reparto).

El orden natural del BDSM muestra que tanto el bastón con el pompón, como la mayor ración de paciencia debe recaer sobre el lado Dominante. Y debería ser así porque es la parte que recibirá el intercambio de poder. Es la parte que tendrá en sus manos la voluntad de la parte sumisa.

Pero todos los Dominantes han sido pollitos en algún momento y es necesario que aprendan a tomar el tiempo para conocer sus instintos y, sobre todo, aprender sobre cualquier práctica que desee realizar.

El follón llega cuando una sumisa con cierta experiencia se apodera del bastón cuqui y pretende hacer de guía no titulado al cruzarse con un Dominante que aún lleva la L. La parte sumisa no realizará una visita guiada en condiciones, se limitará a mostrar aquello que conoce y ansía. Aquello que desearía que la parte Dominante ya controlara para poder vivirlo de manera conjunta.

Si una sumisa es la que enseña, la que muestra los peldaños a subir dentro de una relación D/s...eso amigos, es dominación desde abajo. Y puede venir dada con la mejor de las intenciones, pero no es la esencia natural del intercambio de poder dentro del D/s.

Sin quererlo, será la parte sumisa la que llevará las riendas, y eso la posicionará en el otro extremo de la correa. Y sinceramente, que dominación vas a sentir si no sientes los tirones de tu collar??

Por eso, a pesar de que haya muy buena voluntad, una sumisa no puede enseñar a un Dominante, como un hijo no puede educar a un padre. ¡Es que no se puede! Y si piensas que tu, sumisa, puedes encaminar hacia la luz a una persona con tintes dominantes, te deseo la mejor de las suertes, porque no conozco quien lo haya conseguido.