NO RCP
- kitsune_motenashi
- 9 oct 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 16 jul 2022
De igual modo que una sumisa sabe que lo es, una sumisa sabe cuando está ante un dominante simplemente por la presencia, los gestos, el comportamiento. No vayamos a pensar ahora que nos reconocemos entre nosotros por llevar iniciales bordadas en la ropa, aunque en los tiempos que vivimos igual no vendría mal una pequeña nota aclaratoria...
Una sumisa sabe de sobras cuando está dominada, cuando han conseguido someter su voluntad. Me atrevería a decir que toda sumisa reconoce perfectamente el momento en el que se produce el verdadero intercambio de poder.
Pero una sumisa también sabe cuando todo acaba. Nadie mejor que ella para darse cuenta del momento justo en que el interruptor que lo puso todo en marcha se apaga dejando que la oscuridad la devore, de nuevo.
Pero como al ser humano nos caracteriza una tozuneria desmedida no vamos a reconocer de primeras que volvemos a estar caminando entre tinieblas, porque no es justo dejar de sentir, porque no merecemos volver al sendero junto el resto de borregos, porque esta vez iba a salir bien...porque…, la excusa que quieras...
Tu mente no quiere reconocer el final y prefieres aferrarte a los recuerdos grabados en tu mente de aquellas noches en las que te corriste a golpes. Si cierras los ojos seguro que puedes ponerte a llorar recordando las humillaciones que te hicieron bajar a los infiernos, y no quieres dejar de sentir de ese modo, porque lo que te hace feliz es poder sentirte sumisa.
Pero tu cuerpo si está programado para salvarte de ti misma. Te avisará de que todo ha acabado hasta que consiga convencer a tu cabeza. Empezarás a ver como tu aguante a los palos se ve mermado considerablemente, un simple cinturonazo te hace moverte de tu posición. Seguramente tu garganta no soporta que la fuercen a ser rellenada hasta el esternón como un pato. O posiblemente un simple tirón de pelo te parezca el acto más reprochable del mundo.
Cuando tomes tiempo para escucharte a ti misma te darás cuenta de que, lamentablemente el interruptor vuelve a estar apagado, que te alimentas solo de recuerdos y qué debes soltar lastre. No es que seas menos sumisa, simplemente es que el intercambio de poder ha cesado.
No te culpes y recuerda que lo has vuelto a intentar.
Comentarios