MINDUNDIS
- kitsune_motenashi
- 10 sept 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 16 jul 2022
Si algo me sienta peor que una mentalidad obtusa a la cual no le puedes explicar puntos de vista distintos a los suyos, es una mentalidad que distorsiona la realidad para llenar los vacíos de su triste vida.
Parece que en las últimas rebajas las camisetas rotuladas con la palabra SUMISA estaban en oferta y la gente se ha vuelto loquisima comprandolas y vistiendolas para cualquier ocasión, convirtiendo en disfraz lo que debería ser una preciosa piel.
Se habla mucho de los falsos Doms o lo que yo llamo “masters del universo” que en mi mente tienen forma de robot de Mazinger Z… pero también están las falsas sumis, a estas no les he puesto mote todavía, pero algo se me ocurrirá.
De verdad la gente cree que por decir “soy sumisa” tienes entrada VIP al mundo del BDSM?? con la de veces que he maldecido el día en que la curiosidad me empujó aquí dentro… Después recuerdo que a partir de ese día empecé a sentir y se me pasa.
No tengo ninguna teoría conspiratoria que avale este intrusismo gratuito pero constato que existe y habría que empezar a pensar en un sistema de identificación o algo porque, al menos yo, me voy a volver medio loca.
Estas pseudo sumis van buscando un “hazme casito mil” y su entrega está basada en mandar un desayuno por glovo par mostrar lo cuquis que son. Pero eso sí, en su culo no entra ni el pelo de una gamba, que la sodomización no va con ellas y es de taraos… que levante la mano el Dominante que entienda ese limite...
Estas son las cosas que me hacen creer que debería haber una prueba de acceso, como ver la película “La secretaria”, leer los “cuadernos de BDSM” o una sesión de 50 fustazos, para así, simplemente mostrar unas pinceladas del mundo al que se pretende acceder.
Está claro que cada cual puede vivir y sentir como le de la real gana, y más hoy en día que hay 32 millones de etiquetas, archivadores y cajones. Pero para entrar en el apartado de SUMISAS habría que tener claro que; tu libertad viene motivada al convertirte en Su propiedad (lo que viene siendo que te use como le de la real gana). Que al ponerte de rodillas no estás haciendo ejercicios de estiramientos, sino que muestras tu admiración y respeto. O que tus súplicas no van a ser por chuches de colores, sino por castigos estrictos que te guíen a la felicidad.
En el caso de que todo esto te parezca descabellado, inmoral, desmedido o rarito… pues es que no eres SUMISA, mas bien tienes una falta de atención en tu vida que intentas rellenar con lo que ahora está de moda.
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